Es muy difícil no sentir a veces que somos pequeños o que estamos solos. Esta sensación nos hace sentir mal y normalmente nos tenemos que mover y hacer algo para sacudirla. La mayoría de nosotros tenemos la compulsión de comprar o comer, o tal vez de escondernos para no ser víctimas de los demás.
Esta sensación se debe a que nos encontramos rodeados de mensajes para consumir, para comprar y gastar todo lo que tenemos. En nuestra vida cotidiana el ahorro es un fantasma imposble, y la vida sin deudas es prácticamente un mito o una utopía.
La manera más fácil y efectiva de solucionar esta sensación que nos causa tanta ansiedad es justamente la de realizar actividades que sean satisfactorias. No hay nada más placentero que el contribuir y saber que podemos hacer la diferencia. Por difícil que parezca, olvidarnos de nosotros por unos instantes nos hará llenar el vacío que sentimos y si lo hacemos constantemente estaremos prácticamente curados.
Un poco de trabajo social nos permite dar a los demás lo que sí tenemos y nos deja una sensación de tranquilidad que nos mantiene lejos de los aparadores o de las mesas de los restaurantes y la comida chatarra.
Hay muchas organizaciones en las cuales una persona puede participar en la medida de sus posibilidades, no es necesario crear una fundación o una ONG (aunque hacen falta muchas), ya que siempre se pueden utilizar manos de voluntarios. Te invito a que hagas la prueba y compartas algo de lo que tienes: tiempo para los ancianos, un cuento a los niños, una sonrisa para los desamparados o lo que puedas encontrar dentro de tí.
¿Hace cuánto que no te sientes pleno y abundante?
Todo ha ido bien y de repente hace unos días hasta he pensado que es depresión, me he sentido tan sin chiste 😦
Me gustaMe gusta
¡Hola!
¿A qué crees que se deba esa sensación? ¿Has pensado en contribuir con alguna asociación sin fines de lucro? Eso generalmente nos satisface y da sentido a nuestra vida, te recomiendo que lo intentes.
Me gustaMe gusta